Promover sanamente la autonomía
- rafael4019
- 6 jun 2014
- 2 Min. de lectura
PROMOVER SANAMENTE LA AUTONOMÍA
La autonomía es una de las características que más se valora actualmente en la formación de los niños en edad preescolar, debido a las características de la sociedad en la que vivimos, que cada vez necesita que las personas nos desenvolvamos de forma más independiente en nuestras elecciones, en nuestras preferencias y en nuestras responsabilidades. El aprendizaje de la autonomía es un proceso que involucra principalmente la intención, por lo que es un proceso principalmente cognitivo, que se evidencia en diversas acciones cotidianas. Se asocia directamente con la autoimagen y el sentido de eficacia, al evidenciar el “¡yo lo hice sin ayuda!”.
Para comprender la forma más adecuada de promover la autonomía, es necesario comprender los procesos de desarrollo y aprendizaje que se ven implicados en ella, para ajustar las expectativas respecto a la autonomía que es sano exigir a un niño en cada etapa.
Las primeras muestras de autonomía se perciben a través del movimiento de los niños: fijar la mirada, extender una mano para tocar algo, acercar un objeto de su agrado… acciones que van evolucionando en conjunto con otras habilidades cognitivas y de movimiento. Alrededor de los 2 años, y debido a la desarrollo neurológico explosivo que experimentan, los niños necesitan vivenciar directamente aquello que son capaces de hacer sin ayuda, y necesitan un apoyo permanente en ajustar las tareas para que ellos las completen progresivamente sin ayuda de otros.
En este sentido, en la mayoría de las situaciones es adecuado ofrecerles espacio y tiempo para que los niños puedan poner en práctica sus acciones autónomas de acuerdo a su propio interés, por ejemplo ir a buscar el juguete que les llama la atención; llevar a cabo sin ayuda una tarea, comenzando por aquellas que le gusten más; Pero es fundamental comprender que hay otras situaciones en las que un niño puede necesitar más apoyo del adulto debido a su disposición personal en ese momento, al cansancio, o a su interés. En estas situaciones, prestar un apoyo más específico y dejar un margen menor para que el niño lleve a cabo tareas sin ayuda, escoja, o se haga cargo de ciertas elecciones, es realizar el soporte más adecuado.
María Inés Cifuentes C.
Educadora inicial
Licenciada en Educación
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