LA FAMILIA ALIMENTO ESPIRITUAL
- rafael4019
- 12 nov 2014
- 2 Min. de lectura
Familia alimento espiritual
Cuando antes me preguntaban qué era o quién era, partía contestando con mi profesión. Hoy siento que mi primer y principal rol es ser parte de una familia. Soy la mamá de Agustina, mi vocación número 1, lo pondría en cualquier currículum. Baño, visto, limpio, peino, limpio nariz, enjabono, preparo mamaderas, juego, hago reír, me sorprendo, comparto, converso, consuelo, explico, enseño, me maravillo y no hay nada de lo que mi madre hacía cuando yo era guagua o niño, que yo no haga ahora, lo que ha cambiado en las familias actual es que mi esposo hace las mismas labores, las cuales son compartidas, puedo afirmar con tranquilidad que somos un equipo.
Ser papá y mamá, trabajar en equipo, habla de una dualidad en la toma de decisiones y multiplica el amor. Esta vivencia permite que nuestros hijos conozcan la cooperación, aprendan a comunicar lo que quieren vivir y también se sientan amados. Esto es parte de vivir la espiritualidad.
Hacer con el otro lo que me gusta recibir a mí, cuando el yo y tú se complementan también se integran, no pierden su individualidad y sí viven integralmente desde su ser mujer y ser hombre. Vivimos en la equidad y en la complementariedad, yo soy yo y también tú. Tú eres tú y también yo.
El equipo toma entonces el sentido de clan, de tribu, de núcleo familiar que nos alimenta espiritualmente. Las pequeñas acciones cotidianas con tus hijos, suman a la transformación de nuestra sociedad cuando tienes presencia y una filosofía de vida, a favor del compartir, a favor de la naturaleza, a favor de la equidad, finalmente a favor de la justicia. Es nuestra manera de trascender y decir que nuestro granito de arena en realidad puede dar grandes frutos simplemente por el hecho de querer amar a nuestros hijos en plenitud desde lo que necesitan para crecer y saber amar también a su mundo.
Ser papá o mamá es una vocación, un acto que se elige, un estilo de vida para acompañar a tu hijo en el proceso de SER persona, es tu aportación a la vida, a tus proyectos, a la humanidad y al planeta. No importa el oficio o profesión que tengas, ni la religión o posición política en la que creas, cuando decides hacer las cosas bien, aportas a que este mundo sea mejor, si eres una buena secretaria o un buen mecánico, participas en el crecimiento de nuestra sociedad; pero si eres mamá o papá tu tarea es insustituible.
M. Francisca Pizarro
Madre de una niña de 3 años.
Educadora Inicial









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