LA FAMILIA COMO NÚCLEO PROMOTOR DEL DESARROLLO
- rafael4019
- 19 nov 2014
- 2 Min. de lectura
La familia como núcleo promotor del desarrollo
Al escribir sobre la familia, existe la tendencia a quedarse y mirarla desde los aspectos sociales y culturales que inherentemente posee, concibiéndola como la expresión básica de la modernidad. La sociedad ha tenido que entenderla y comprenderla como una figura flexible que actualmente tiene variadas formas de expresión, situándose como un tema que ha estado en constante discusión pública. Esto ha obligado a descuidar lo que la familia propicia e implica interiormente, por situarse en esta mirada externa desde lo social e idealmente construido.
La invitación es a retomar y retornar el abordaje de la familia desde adentro, como el núcleo que es y en donde los niños y niñas crecen y se desarrollan, sin juzgar ni determinar cómo “debe” estar configurada, sino más bien entendiendo el contexto donde se forjan emociones y afectos, la autonomía e identidad y las primeras interacciones sociales.
Es importante rescatar el rol fundamental y estable que la familia adopta al mirarla como cuna de este proceso. Esta estabilidad se refleja en que, a pesar de las diferentes significaciones culturales que pueda sufrir, el rol promotor del desarrollo que posee en los niños y niñas es inmutable y permanente.
En relación al desarrollo emocional, la familia es el núcleo que consciente e inconscientemente promueve la configuración de los afectos. Los niños y niñas, de manera inicialmente instintiva y refleja van manifestando la necesidad permanente de ser satisfechos oportunamente por sus figuras de cuidado, las que al ser sensibles permiten que mediante emociones, desarrollen afectos. Estos afectos son recíprocos y facilitan la evolución paulatina de la confianza básica, la seguridad y la sensación de protección necesaria y suficiente para crecer percibiendo un ambiente tranquilo y seguro. Es en este ambiente en donde secundariamente se puede comenzar a explorar, experimentar y aprender, pero siempre sobre la base de un apego seguro que le entrega el núcleo familiar.
En base al proceso de desarrollo afectivo que se produce dentro del núcleo familiar, el niño o niña despliega relaciones consistentes que son la base para el desarrollo social y el intercambio. La confianza, autonomía y empatía que va desarrollando dentro del núcleo familiar producto de la evolución de las emociones en afectos como resultado de la relación con sus figuras de cuidado, le permiten internalizar normas de intercambio social básicas dentro de las relaciones que desarrollará posteriormente. La familia es la escuela fundamental del desarrollo social.
Al mirar entonces a la familia, la vemos como núcleo de recibimiento, acogida y afectos, donde se construyen los cimientos de las relaciones sociales no solo ligadas al intercambio, sino también a la internalización de las normas que lo rigen y mueven. El objetivo es lograr comprender el rol fundamental que tiene, y no solo a nivel de construcción social primaria y básica, sino, que independiente del modo en que se exprese, es el núcleo familiar donde el niño desarrolla las capacidades básicas y claves de las relaciones humanas.
Daniela Bugedo
Psicologa
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