Jugando en Serio: El Juego en Adultos
- rafael4019
- 25 jun 2014
- 2 Min. de lectura
Jugando en Serio: El Juego en Adultos
Está comprobado que nuestro cuerpo recibe mejor la información cuando puede moverse, jugar y reír. Hagan el experimento: Den una información determinada a un grupo de personas y den la misma información a otro grupo con el que previamente les han permitido moverse y jugar libremente. La interiorización de la información se da óptimamente gracias al juego.
Hoy en día todos sabemos que jugando los niños aprenden, pero nos olvidamos que los adultos también. Este aprendizaje se da en todos los niveles, cognitivos, emocionales y espirituales. El poder que trae el juego viene del Eros, que es la energía vital, impulso de vida, base de todo acto creativo. Jugar implica dejarse llevar por Eros, transformándonos de la misma forma como cuando nos enamoramos. Algunos le llaman el fuego interno, capaz de dar vida. Si los hijos vienen al mundo gracias a esa vitalidad, lo natural sería que los padres puedan mantenerla y brindarle siempre un clima con esa misma energía. Una forma de hacerlo es seguir jugando siempre, no sólo con ellos sino también entre nosotros; jugar como un estilo de vida.
Muchos adultos necesitan un empujón inicial para volver a encender ese fuego/juego porque se encuentran todo el tiempo pensando y pensando. Despertar los cinco sentidos es esencial para predisponernos a jugar; así que empieza a escuchar, tocar, oler, probar y mirar todo a tu alrededor. Descubre el placer en ello. Luego recuerda cuando eras niño y lo emocionante que era vivir como un aventura. Para jugar tienes que arriesgar, salir de tu zona cómoda (que suele ser tu mente) para ingresar a espacios nuevos (que suelen ser maravillosos). No te preocupes en el para qué estás haciendo eso ni en lo tonto que se ve. Hay una frase en inglés que puede ayudarte “Suspend the outcome and stop judging. PLAY”, “Suspende el resultado y deja de juzgar. JUEGA”.
Siempre es bueno recordar que jugar nos hace sentir vivos y dar sentido a nuestra existencia.
Vanessa Diez Canseco
Psicóloga del Pez en la Luna
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