VIVAMOS EN COMUNIDAD
- rafael4019
- 10 sept 2014
- 2 Min. de lectura
Vivamos en Comunidad
Siglos atrás prácticamente todos los pobladores peruanos y latinoamericanos vivíamos en comunidad. Tomábamos decisiones en colectivo y nos relacionábamos con reciprocidad y solidaridad. La palabra comunidad viene del latín Communitas –agrupación de personas vinculadas entre sí por el cumplimiento de obligaciones comunes y recíprocas–, y esta deriva de Communis –cooperante, o que colabora en realizar una tarea–.
El concepto de comunidad es complejo, pero se suele estar de acuerdo en que una comunidad es un grupo social o sistema que tiene intereses compartidos por sus miembros y subsistemas como: localización geográfica, estructura y sistemas sociales, instalaciones y recursos materiales, y un sentido de comunidad. El sentido de comunidad es a mi parecer el pilar fundamental para poder entender la comunidad. Es importante también entender la comunidad como algo dinámico, como señala Montero (2004): es un “grupo en constante transformación y evolución (su tamaño puede variar), que en su interrelación genera un sentido de pertenencia e identidad social, tomando sus integrantes conciencia de sí como grupo, fortaleciéndose como unidad y potencialidad social”. También menciona aspectos que se comparten en el sustrato psicosocial de la comunidad: cohesión, solidaridad, redes de apoyo, formas de organización, conciencia del sentido de comunidad y de las circunstancias de la vida compartida.
Para McMillan y Chavis (1986), el sentido psicológico de comunidad es “una historia común, compartir experiencias comunes, desarrollo de relaciones emocionales entre las personas y una pertenencia al grupo que conlleve el reconocimiento de una identidad y destino comunes para los miembros del grupo”. Esta definición nos hace reflexionar sobre la cantidad de comunidades que existen en nuestro entorno. Compartir una historia, vincularnos emocionalmente, construir una identidad y alimentarla cada día, y pensar juntos nuestro futuro. Estas características se pueden dar tanto en una comunidad campesina o nativa, en un asentamiento humano, en una empresa o en una organización social.
Desde mi experiencia, en la cual he visto nacer a la comunidad de Ruwasunchis, de la cual soy fundador, creo que el sentido de comunidad es algo que nos une y nos sostiene cada día. Justamente es uno de los tres valores de Ruwasunchis –los otros tres son humildad, apertura al cambio y compromiso–, y se sigue construyendo mientras seguimos trabajando en y por comunidad, nuestra historia se sigue escribiendo, nuestra identidad se expande, y nuestra visión se mantiene evolucionando día a día.
Ahora, creo que es importante llevar este sentido de comunidad a nuestra vida cotidiana, a los diversos espacios donde interactuamos, a todo grupo con el cual compartamos algo que nos une: puede ser que tengamos la misma sangre, la misma empresa, el mismo equipo, o el mismo espacio geográfico. Compartamos, mirémonos unos a otros, escuchémonos, pensemos juntos, debatamos, repensemos, apoyemos al otro, y también dejemos que cuando lo necesitemos, el otro nos sostenga. En ese vínculo humano que podemos generar con el prójimo, teniendo un encuentro humilde y solidario, es para mí la base del sentido de comunidad. Reconozcámonos, diferenciémonos, involucrémonos y comprometámonos en una visión común, y construyamos una unidad común, vivamos en comunidad.
Juan Diego Calisto Aguirre
Emprendedor social
Fundador y director de la ONG Ruwasunchis.
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